La amenaza de ejercer violencia y su ejercicio al interior de la familia son conductas aprendidas y reforzadas por la violencia en los medios y en la sociedad y por la estructura tradicional de dominación en la familia. Con frecuencia aquellos que ejercen la violencia fueron víctimas u observadores de ella en sus familias de origen. En otro sentido la violencia Intrafamiliar son todos aquellos actos u omisiones que atentan contra la integridad física, psicológica, sexual y moral de los integrantes de una familia. Para reconocer la presencia de violencia Intrafamiliar debemos tomar en cuenta sus 4 características principales: • Recurrencia, los episodios agresivos no ocurren ocasionalmente sino con cierta frecuencia y regularidad • Abuso de poder, generalmente la infringe quien tiene más jerarquía • Intencionalidad, la violencia se lleva a cabo con intención de hacer daño y no de forma accidental o casual • Incremento, poco a poco la violencia va aumentando de nivel. De igual manera hay 4 modalidades para ejercer violencia, es decir, que el maltrato puede ser: • Físico, llevar a cabo actos que lastimen el cuerpo de una persona, como golpes, quemaduras, etc. • Psicológico o emocional en este caso el agresor manifiesta una conducta que tiene por objeto causar temor, intimidación y sobre todo control sobre las conductas y sentimientos de la persona a quien se arremete, con palabras altisonantes o devaluatorias, miradas controladoras, etc. • Sexual imposición de actos de carácter sexual contra la voluntad de una persona, insinuaciones, como tocamientos, coito, miradas obscenas etc. • Económico en este caso no se cubren las necesidades básicas de la persona y se ejerce control a través de los recursos económicos, como no dar dinero para cubrir las necesidades de la casa, de la alimentación, la ropa, etc. o bien hacerse cargo de todos los pagos para que no haya sobrantes que se pudieran aprovechar; gastar en cosas innecesarias cuando lo elemental no esta cubierto, etc. La violencia no se genera de manera espontánea. Sucede cuando la pareja o uno de sus miembros acumulan tensiones, enojos y frustraciones así como por dificultades y agresiones que se viven tanto en la familia como fuera de ella. Poco a poco la violencia se convierte en un estilo de vida, las personas se acostumbran a ella y la viven como si fuera natural, sin darse cuenta de cómo aumenta en forma gradual y del daño que ésta ocasiona. Una de las razones más importantes de por qué no es fácil romper con la violencia en la familia, es justamente por la forma cíclica en que ésta se presenta. Suele manifestarse a lo largo de tres fases… CON EL TIEMPO EL CIRCULO SE VUELVE MAS VIOLENTO Y FRECUENTE FASE DE AGRESIÓN REACCIONA: NO TE DEJES DESTRUIR Durante la segunda etapa, el agresor descarga la tensión con agresiones físicas, psicológicas o sexuales, en forma extrema casi siempre golpea a la mujer ya que se considera que con esto le da una buena lección. Se pierde toda forma de comunicación y entendimiento. FASE DE CONCILIACIÓN O DE ARREPENTIMIENTO También llamada “LUNA DE MIEL” PELIGRAS: NECESITAS AUXILIO PROFESIONAL En la última etapa, el agresor “se arrepiente”, pide perdón y jura que no volverá a portarse mal. La mujer confía en que todo será distinto, está convencida de que ella puede ayudarlo a cambiar. Esta fase hace más difícil que la mujer termine con la relación. Sin embargo, cada día los momentos de tensión y agresión son mas frecuentes y el agresor se arrepiente cada vez menos. FASE TENSIÓN TEN CUIDADO: LA VIOLENCIA VA A CRECER Durante la primera etapa se inician pequeños actos violentos que son minimizados por quien los recibe, el agresor no llega a los extremos. Para calmarlo, muchas mujeres evitan hacer cualquier cosa que lo moleste; pero no puede controlar la situación porque la tensión sigue creciendo. El hombre se sentirá cada vez mas desesperado y bajo cualquier pretexto insultará, humillará y gritará a la mujer. Una característica muy común entre las mujeres que son víctimas de violencia es la permanente justificación de la conducta del marido golpeador. Esta respuesta inmediata que puede expresar o no, probablemente sólo se lo dice a sí misma, forma parta de un círculo vicioso al que se le denomina círculo de la violencia. Muchas mujeres son reiteradamente son agredidas verbalmente por sus esposos (parejas, concubinos) a través de insultos, injurias, críticas, tortura, coerción mental, conducta extrema de control, afecto condicional, insultos, humillaciones, infidelidad, desconsideración menospreciarlas por sus actividades en el hogar. Recuerda: existen medios de solución a tu problema No tener miedo (o saber superarlo) es el aspecto más importante para terminar con esta serie de maltratos hacia la mujer, dignifica la imagen de nosotras a través de la JUSTICIA.
